lunes, 10 de junio de 2013

Martes 30


El  martes me levanté sin ganas de nada, fue un día lleno de trámites y cosas atadosas por hacer. Mi mente andaba preocupada de situaciones terrenales, que desde hace poco habían empezado a ser parte de mi nueva rutina, volví a ser una estudiante más en el metro de Santiago. Mi jornada en el instituto había sido bastante productiva, por fin aprendí a revelar rollos y estaba contenta, tanto que hasta andaba distraída. Se me quedó el celular en la sala (lo hubiera perdido si un compañero no lo hubiera rescatado), casi no alcanzo el último metro, a veces ir a clases de noche puede ser una verdadera mierda. Tenía que apurarme, iba camino a encontrarme con mi mejor amiga, hace tiempo no la veía así que la invité a una situación-fiesta de un pre feriado.
Ella y su novio estaban muy amorocitos y yo contenta de verlos nuevamente. Caminamos y noviodeaamiga me dice que invitó a un compañero, detalle que me fue indiferente, siempre cae algún desconocido por conocer en estos días. 
Esperando a aquel sujeto les conté de mi día,  hasta que interrumpió mi historia un hiperventilado que apareció de la nada.
Se saludaron efusivamente, mi amiga y noviodeamiga estaban muy contentos de verlo. Es guapo (vaya que si), me gustaron mucho zapatillas, yo tengo las mismas.
- Hola, soy Fran. 
Los tres hablaban y me sentía fuera de la escena, sólo miraba a esa persona que resultó tener un nombre que le asentaba muy bien. Pasaban los minutos y lo observé - Algo tiene en la cara que me atrae mucho: linda sonrisa, ojos claros, habla fuerte y ser ríe seguido, no dejo de observarlo.  - Fue imposible poner atención a lo que estaban hablando, él me desconcertaba un poco. 
Subimos al departamento, todavía no llegaba nadie. Nos sentamos y conversamos los cuatro. Sin darme cuenta termine hablando sólo con este chico nuevo, y hablamos mucho. El espacio se llenó con mucha gente, mi amiga y noviodeamiga se fueron temprano, nosotros seguiamos hablando. Música, películas, situaciones cotidianas, la gente iba y venía, en la habitación habían dos mundos: el de ellos y el de nosotros. Hablamos como si no nos hubieramos visto en mucho tiempo, como un conocido de antaño, el cual es necesario conversar para saber que ha sido de nuestras vidas, pero solo hace unas pocas horas sabía que el existía. Había algo en la forma que miraba, no sé por qué es tan interesante, sentía una curiosidad de tocarlo.

 Quedamos en ver una película el jueves.


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